Cantando me eh de morir, cantando me han de enterrar, cantando me eh de ir al cielo o al infierno quizas

Seguidores

jueves, 14 de julio de 2011


¿Puede el dolor ser algo despreciable, puede acaso encerrarse el sufrimiento humano en un absurdo traje de contención estética?
Yo grito, y no me importa si es o no conveniente o si rompe los cánones o si es inoportuno… Grito porque los hombres también gritan, porque las madres gritan, porque gritan los niños; porque
el mundo es un grito inabarcable, un grito que nos llega de los siglos pasados, de todas las historias de la Historia, de todos los olvidos y de todas las páginas borradas.
No puedo serenarme ante aquello que veo, que intuyo, que recuerdo. Llevo el dolor del mundo en mis manos vacías, escucho los lamentos de voces que me llaman y me siento una más entre esa humanidad que reclama justicia.