Cantando me eh de morir, cantando me han de enterrar, cantando me eh de ir al cielo o al infierno quizas

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domingo, 16 de junio de 2013

Identidades

-¿Quiénes son ésos? ¿Quiénes pusieron la bomba en el autobús con los colonos?
-Mi hermano- declaro El Silencioso, y fijó la vista en Matilde, cuyos ojos se arrasaron al descubrir el dolor en los de su amigo.
-Sabir- dijo, y le apretó la mano- ¡Cuánto lo siento!, ¿Qué va a pasar ahora? ¿Qué hara Israel?.
El Silencioso sacudió los hombros con una risa muda e irónica.
-Hará lo único que sabe hacer. Devolver el golpe. Ésta es una rencilla basada en el ojo por ojo, diente por diente. Nadie parece darse cuenta de que nos estamos quedando ciegos ambas partes. No hemos ganado mucho, ni ellos ni nosotros. Por supuesto, los palestinos somos los que llevamos las de perder, pero los israelíes no son felices tampoco. Vivir en el miedo, la desconfianza y el odio destroza la dignidad humana. Y eso es lo que somos, todos, ellos y nosotros, seres humanos.
Pero las identidades se imponen. Yo soy palestino, tú eres israelí. Yo soy blanco tú eres negro, amarillo, verde.. Nadie supera el complejo que nos produce la identidad. Es uno de los grandes desafíos del hombre, superar la ceguera que nos produce la identidad. Nos vuelve egocéntricos y deshonestos con nuestra propia alma humana. Nuestra necesidad de identidad nos enceguece, nos hace temerosos de aquello que es distinto, cuando en verdad somos iguales en esencia, todos con la misma alma. La identidad justifica los males, hasta el de la guerra. Ya ves que aquí es fácil caer en ella. Y a nadie parece importarle que, después de cincuenta años, todo siga igual. Nadie apuesta al cambio, nadie se atreve al cambio profundo, que implica poner el corazón y quitarse la mascara de identidad. La desconfianza nos ha vuelto de piedra.
-¿Por qué? – se desespero Matilde- Después de cincuenta años, probar un cambio de actitud seria lo mas inteligente.

- Porque a quienes manejan el conflicto no les conviene. El estatu es lo que debe imperar. Está diseñado para cumplir objetivos ulteriores que muy pocos conocen…









 Fragmento de "caballo de fuego " . Gaza
de Florencia Boneli

jueves, 13 de junio de 2013

Me rompi de nuevo. Cai. Me acorde tarde que todo eso no era para mi, otra vez di la oportunidad de dejarme romper las alas. Tuve un día lindo, entretenido, escuela, pintura, liceo.. pero llego acá, te chusmeo y veo cosas que me hacen mal, y me rompo de nuevo. Maldita criatura sensible, con que facilidad puedo llegar a este estado, tengo que alejarme, esto siempre me lastima, y lo peor que nadie se da cuenta. Esta Julieta se siente abandonada, siente los ojos húmedos y se va a dormir.  

martes, 11 de junio de 2013

cronopio y la gente

¡Cuánto tiempo llevaba asi? Quizás nunca se había dado cuenta tanto como ahora, que su vida nunca iba a ser igual a los demás pares. Por más que intentara, nunca formaría parte de eso. Cada vez que intentaba ser  ‘normal’ se lastimaba, le sangraban las manos, le sangraba el alma.
Después de muchos intentos fallidos se dijo que esta vez sería la última. Tenía que cicatrizar su caballo de fuego interior. Le habría exigido cosas inhumanas, le había exigido que se venda, que sea todo eso que nunca seria. Siempre supo y tenía en mente que no podría formar parte de eso, de ese todo, del montón. Se dio por vencido, ya no intentaría ser una fama, y se acomodaría en su rol de cronopio.
Muchas veces este cronopio intento llevar una vida `similar’ a la de su entorno; hasta hubo veces que se parecía, te confieso. Pero en realidad, cada vez se parecía mas a esa cosa, se alejaba se su esencia, se alejaba de esa pequeña criatura que era; y no son pocos los efectos que esto le producía. Se daba cuenta que estaba atándose, oprimiéndose sus alas, o creo que casi cortándoselas.
Hubo tormenta y lluvia helada en sus ojos.
…Y si en realidad, el destino ya estaba marcado, y si todos esos intentos por ser similar a sus pares nunca funcionarían, porque definitivamente su destino no era ese?..
Había días que el cronopio sufría  intensamente estar en contacto, piel con piel, con esa sociedad tan diferente, en un entorno tan extraño , otros días se divertía intentando homogeneizarse con sus pares.  Le ponía algo triste encontrar tan pocas personas “parecidas” a él- tenia un día bueno y otro de terror.
…y  aunque sigue buscando su centro, su equilibrio, su orilla tranquila, se va adaptando al mundo, va encontrando el placer de estar vivo. Bueno, convengamos que ese “se adapta” es muy relativo.
Convengamos que nunca le intereso mucho formar parte de sus pares.
Convengamos que este cronopio esta desplazado de su quicio.