Cantando me eh de morir, cantando me han de enterrar, cantando me eh de ir al cielo o al infierno quizas

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domingo, 17 de marzo de 2013


Lo miro, fingió no verlo, pero no pudo resistir a caer en su red por mucho que se lo propuso. Fingió la mejor indiferencia que pudo, hasta trato de no mirarle muy a los ojos. Pero el frío  no entiende de esas cosas, obligando a esos extraños a , sin decir una palabra, someterse al abrazo mas fuerte que ni se imaginaban, de esos que parecen a los de dos personas que se quieren mucho, como el amor de un padre a un hijo, o una esposa a un marido. Y por un rato, que no podría recordar si fueron ratos, o horas, se envolvieron en esa magia que producen las cosas inesperadas, y hasta parecían estarse amando, y creo que ella estaba feliz. Estos cronopios de verdad que eran algo raros, pero juro que los envidie.
Èl la miro, le beso el cuello y rieron juntos.


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